Es la muerte del tejido intestinal y afecta con mayor frecuencia a los bebés prematuros o enfermos.
La enterocolitis necrosante ocurre cuando el revestimiento de la pared intestinal muere y el tejido se desprende. Se desconoce la causa de este trastorno, pero se cree que la disminución del flujo sanguíneo hacia el intestino impide que éste produzca el moco que protege el tracto gastrointestinal. Las bacterias del intestino pueden ser también una causa.
Este trastorno por lo regular se presenta en un bebé que ya está enfermo o es prematuro y, con mayor frecuencia, se presenta mientras el bebé todavía está en el hospital.
Los que tienen un mayor riesgo de padecer esta afección abarcan:
Los síntomas pueden aparecer de manera lenta o súbita y pueden abarcar:
En caso de que se sospeche que un bebé presenta una enterocolitis necrosante, se suspende la alimentación y se sacan los gases del intestino, insertando un tubo pequeño en el estómago. Los líquidos intravenosos reemplazan la leche artificial o la leche materna. Se inicia una terapia con antibióticos. El estado del bebé se monitorea con radiografías abdominales, exámenes de sangre y gasometría arterial.
La cirugía es necesaria si hay una perforación intestinal o una peritonitis (inflamación de la pared abdominal). Se extrae el tejido intestinal muerto y se realiza una colostomía o una ileostomía. El intestino se reconecta luego varias semanas o meses después, cuando la infección y la inflamación se hayan curado.
La enterocolitis necrosante es una enfermedad grave con una tasa de mortalidad que se acerca al 25%. El tratamiento temprano y agresivo ayuda a mejorar el pronóstico.
Si se presenta cualquiera de los síntomas de enterocolitis necrosante, especialmente en un bebé que haya sido hospitalizado recientemente por enfermedad o prematurez, acuda a la sala de urgencias o llame al número local de emergencias (como el 911 en los Estados Unidos).
Piazza AJ, Stroll BJ. Digestive System Disorders. In: Kliegman RM, Behrman RE, Jenson HB, Stanton BF, eds. Nelson Textbook of Pediatrics. 18th ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2007:chap 102.